miércoles, 17 de junio de 2009

LIBERTAD PARA OPINAR SOBRE LA GESTION DEL PARQUE NACIONAL DE LAS TABLAS DE DAIMIEL

En referencia al artículo de Santos Cirujano, publicado en “Cartas al Director” del pasado mes de junio de este periódico, dirigido a nuestra asociación Ecologistas Manchegos de Daimiel pidiéndonos responsabilidades por hablar y opinar sobre la gestión de las Tablas de Daimiel, queremos decir lo siguiente:

En primer lugar estamos de acuerdo con Santos Cirujano en que el objetivo principal debe ser, y es, por lo menos en nuestro caso, salvar Las Tablas. Nuestra labor social como asociación ecologista nos lleva a denunciar lo que bajo nuestro punto de vista, nos parece un atropello para la conservación de nuestro Parque.

En su escrito justifica la poda de tarayes porque dice que tienen raíces poco profundas y una gran copa. De usted hemos aprendido, como profesor, que los tarayes tienen raíces de más de 30 metros de profundidad, para buscar agua, como adaptación a estos ecosistemas tan cambiantes. También lo justifica por el hecho de que estos ejemplares están en zona pública. Nosotros afirmamos que no solo se han podado los tarayes que están en las zonas de uso público, también otros muchos del Parque.

También hemos aprendido que la biomasa colmata las lagunas y las hace desaparecer. Pregunte a los trabajadores de a pie si es verdad que esa biomasa segada con desbrozadotas manuales y otros instrumentos, ¡y son muchas hectáreas! se ha sacado o quemado fuera de Las Tablas en los últimos tres años ¡todavía se ven los montones en el interior de las Tablas!

Que el ecosistema de las Tablas, como otros ecosistemas, está muy humanizado, le damos la razón. Si hasta ahora estos ecosistemas han sido afectados por la mano del hombre, la de devolverle el agua tiene que ser la acción prioritaria que hay que llevar a cabo. Cuando el agua limpia esté asegurada, ya hablaremos de qué le pasa a la vegetación.. La Naturaleza nunca se equivoca.

Como todos sabemos Las Tablas van a peor desde hace muchos años. No queremos enfrentamientos con usted, ni con nadie, pero no nos trate de tontos e ignorantes y déjenos desde nuestra humildad opinar, pues no somos los únicos que pensamos así de nuestro Parque y de su gestión.


A quien hay que pedir responsabilidades es a los que sabiendo, callan; también a quien machaca el núcleo o la reserva integral de las Tablas con maquinaria y camiones (esta reserva es imperturbable) arrasándolo todo al paso. Y a los que toman decisiones con dinero público para destruir el patrimonio natural y cultural del parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

No comprendemos cómo es capaz de dudar de los sentimientos de los daimieleños por las Tablas. Y no debe olvidar que la imaginación es un valor, Y ES LIBRE.

Como sabe, la percepción de las cosas es múltiple y variada, eso siempre ha servido para progresar al ser humano, tanto en las ciencias como en la sociedad.

No hay que ser un científico para que le duela a uno ver un humedal habitado contínuamente (esto lleva ya años) por máquinas de todo tipo, y que esas mismas máquinas provoquen los incendios que se pretenden evitar. Que no haya venido agua estos años ha sido un auténtico golpe se suerte, pues ha impedido mostrar los resultados perversos, al evitar el caldo que se originaría con hectáreas de tablas llenas de eneares picados sobre el terreno y con una presa de Puente Navarro que no funciona y que impide una suelta de emergencia.
¿Es que no va a quedar ni una sola área por intervenir aunque sea con un carácter de parcela testigo? ¿No entiende que aparte de los argumentos técnicos haya rincones remotos en los que no se tocara nada por cuestiones "espirituales"? ¿o acaso es el Parque ya su laboratorio en el que no caben más opiniones? Como verá, se trata de dos visiones, dos valoraciones y de nuestra parte está el vivir a la orilla y cuando hay mosquitos, nos pican a nosotros aquí, cuando hay humo llega a nuestras ventanas y cuando algo huele a podrido, lo huelen también nuestros niños que van allí con la escuela. Pasear en silencio en el Parque es ya imposible, eso también es un valor perdido.
Tenemos desde su punto de vista menos información científica pero tenemos la visión local, el pertenecer al reducido grupo de daimieleños que consideran al río algo más que un recurso turístico, de modo que estamos convencidos de que algo tiene que valer nuestra opinión, al menos para que estén saliendo estas cartas en la prensa y que se hable del Parque; aunque a lo mejor lo que les interesa a los implicados es que nadie se entere de nada.
Sin embargo hay, y por suerte están al alcance de cualquiera, suficientes argumentos en la documentación científica, como los efectos de la compactación de lechos lagunares sobre los bancos de semillas que contienen; la dispersión de semillas de las plantas que se pretende erradicar, cuando se cortan, trocean, patalean o se cargan, transportan y descargan (el efecto de esa siembra involuntaria e intensiva se ha visto en los años en que se siega sin control); otro tema es el de los métodos que se usan en todos los humedales del mundo o al menos en la cuenca mediterránea, entre los cuales el uso de medios pesados se advierte en cualquier manual de gestión que puede ser muy efectiva pero también que sus efectos, si no consiguen lo deseado son irreversibles. Defendemos que haya intervenciones más blandas, más imaginativas y más sostenibles o ¿se pretende que las máquinas no abandonen ya nunca Las Tablas? Es para ir elaborando una guía para los visitantes. Estamos empezando a comprender porqué varios tractores roturan ciertas zonas del parque. ¿Es para paliar la crisis sembrando patatas?


Seguimos pensando que mientras no se declare como animales los motosierras, las desbrozadotas, los tractores, los camiones y otras maquinarias que intervienen, se sigue perdiendo biodiversidad.

¿ Porqué no se centran sus esfuerzos en que se hubieran puesto en marcha los super pozos de las fincas adquiridas del alrededor, al día siguiente de ser propiedad pública? Habrían salvado muchas masiegas ¡y muchas aves! Repase un poco la historia de porqué son reconocidas y se han defendido Las Tablas.
Y por último agradecerle el que lleve tantos años dedicado al estudio y conservación de Las Tablas, de enseñar al que no sabe, y que no se pierda ahora defendiendo una gestión agresiva, ineficaz (a la vista del agua que está por venir) y descaradamente insostenible. Aunque a lo peor es que no le queda otra.

Le mandamos un saludo afectuoso a pesar de todo.



Ecologistas Manchegos de Daimiel

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