viernes, 2 de mayo de 2014

Pérdida de biodiversidad en anfibios



       Me quedo asombrado los días de lluvia que en el término de Daimiel es raro encontrar un solo un sapo corredor, que solía ser el más abundante. Estos años lluviosos son los que esperaban los anfibios para reproducirse y así aumentar su pérdida de población de las bajas de los años de sequía. No está siendo así.
       Uno de los mayores problemas de la desaparición de los anfibios en nuestra zona es la pérdida de los refugios que tenían, con la eliminación de pedrizas y majanos, la roturación de lindes entre fincas y la eliminación de flora silvestre.
     Las Tablas de Daimiel  albergan cierta diversidad  y cantidad de anfibios, pero la mayoría de ellos son alérgicos  a la contaminación y la maquinaria. Y yo me pregunto si, con tantos procesos de contaminación que sufren las Tablas por el arroyo Lobosa (arroyo Casa Blanca), parte de aguas residuales de Fuente El Fresno,  aguas residuales de Daimiel, Manzanares,  etc. ¿no se habrán convertido Las Tablas en el filtro y basurero de todos los pueblos del entorno? (como no se piden responsabilidades, ni hay dimisiones...). Como consecuencia de toda la contaminación, ¿no habrá desaparecido del Parque Nacional especies como el Tritón Ibérico (Triturus boscai), el Tritón Jaspeado (Tritorus marmoratus), el Tritón Pigmeo (Triturus pygmaeus) y la Salamandra (Salamandra salamandra)?
          Otra de las causas de su posible desaparición podrían ser los peces foráneos que han hecho de su casa Las Tablas, como el perca sol, el lucio y el pez gato que recientemente ha entrado por el río Azuer. Estos depredan a los anfibios con más habilidad que los autóctonos. Los anfibios se encuentran en mitad de la cadena trófica, si desaparecen se nota en la pérdida de biodiversidad, porque es evidente que las aves apenas han criado y apenas se ven  en todo el Parque.
       Un gran descalabro para la biodiversidad fue la introducción del cangrejo americano, que como todos sabemos coloniza todas las superficies de agua, es omnívoro insaciable que se come huevos, las larvas y hasta los ejemplares adultos de los anfibios.

       Digo que los anfibios son alérgicos a la maquinaria, en este punto no hace falta imaginar mucho: en un rincón de las Tablas un grupo tritones ibéricos  y una retro excavadora  de las muchas que han actuado, excava y modifica la charca donde viven y aplasta a la mitad de los individuos.
 ¡A ver si vamos a cuidar mucho la imagen y poco la biodiversidad! porque al final las personas, aunque no sean expertas  se dan cuenta.
            Los fitosanitarios utilizados por la agricultura y jardinería a la larga  o a la corta llegan a las zonas del  hábitat de los anfibios, esto les hace morir porque  son muy sensibles a los cambios químicos, los insecticidas eliminan su alimento, la mayoría de las veces  la dieta es de  insectos.
     Otro problema inminente ha sido durante años el descenso del nivel freático en los acuíferos, que por ciclo lluvioso se está recuperando, esperamos que otra vez aparezcan las fuentes en los mismos lugares y no se encuentren bajo asfalto y hormigón. Como resultado de años anteriores de descenso freático, las consecuencias fueron desaparición de los manantiales, la fragmentación  y deterioro de su hábitat. El aislamiento genético se produce al no haber comunicación  entre una población y otra, por encontrarse muy alejadas entre sí, es evidente la fragmentación de especies como sucede en el tritón jaspeado y la subespecie más pequeña tritón pigmeo.  Ante la degeneración que sufren, van perdiendo capacidad de defensa frente a las enfermedades y sus depredadores.
       Quizás uno de los mayores problemas para los anfibios adultos son las carreteras, un porcentaje muy alto mueren aplastados por las ruedas. No se comprende cómo se catalogan las especies en vías de extinción por parte de la administración y no se toman medidas para que estos no sean atropellados por los vehículos  ¡con lo sencillo que sería evitar los atropellos! con tuberías  para cruzar y pequeñas vallas anti trepa.
 Como un gran refugio han servido el macizo Escínico de las montañas metacuarcitas que tiene Malagón, Fuente el Fresno y Villarrubia en su término. Dan cobijo una gran variedad de anfibios, pequeños, pero no por ello menos importantes, son tesoros de la naturaleza guardados con recelo, la mayoría de ellos son nocturnos y por tanto bastante desconocidos, por esta razón han podido llegar hasta nuestros días, y son poco valorados. Aquí está la cuestión, si divulgamos los sitios donde se encuentran esos tesoros, podríamos estar pronosticando su desaparición, y si no los estudiamos junto con su hábitat, su desaparición quedaría en manos del azar y con mucho más peligro que en toda la existencia de la vida en la Tierra, porque hoy día el ser humano llegamos y alteramos con mucha más facilidad todos los lugares, por muy inhóspitos y protegidos que se encuentren.                
       Es fácil saber qué anfibios hay en la zona y su número, una noche de lluvia coges un vehículo, cámara fotográfica, linterna y libreta en mano, te das una vuelta y verás casi todos los  Anuros y algunos Urodelos que salen de sus trincheras para alimentase o reproducirse.
       El estudio de la biología y hábitat de los anfibios de nuestra región es un valor añadido y esencial  para su recuperación en las zonas que ya se han extinguido, es un verdadera pena que nuestros hijos conozcan a estos simpáticos animalillos solo por fotografías, al hecho me remito, preguntamos a cuarenta y cinco chavales ¿Qué es un Gallipato?  Y tan solo uno dio la respuesta correcta. Es el momento de hablar del legado natural recibido, los recuerdos de personas de la tercera edad, como cuando nos dicen: “cuando yo era joven  íbamos a las fuentes a beber agua  y en el fondo de ellas había salamandras”, se decía que en las fuentes donde se encontraban, el agua era buena.
      Echamos de menos que el ayuntamiento de Daimiel ponga en práctica en todo el término, un estudio de los anfibios que quedan y un proyecto  para su recuperación, una de las razones, es porque fue la primera forma de vida que colonizó la tierra firme y por tanto alguna vez los humanos fuimos anfibios.



Fdo. :   Manuel Fernández Infantes Sánchez Bermejo

Daimiel 21 de abril de 2014