Me quedo
asombrado los días de lluvia que en el término de Daimiel es raro encontrar un
solo un sapo corredor, que solía ser el más abundante. Estos años lluviosos son
los que esperaban los anfibios para reproducirse y así aumentar su pérdida de
población de las bajas de los años de sequía. No está siendo así.
Uno de los
mayores problemas de la desaparición de los anfibios en nuestra zona es la
pérdida de los refugios que tenían, con la eliminación de pedrizas y majanos,
la roturación de lindes entre fincas y la eliminación de flora silvestre.
Las Tablas de
Daimiel albergan cierta diversidad y cantidad de anfibios, pero la mayoría de
ellos son alérgicos a la contaminación y
la maquinaria. Y yo me pregunto si, con tantos procesos de contaminación que sufren las Tablas por
el arroyo Lobosa (arroyo Casa Blanca), parte de aguas residuales de Fuente El
Fresno, aguas residuales de Daimiel,
Manzanares, etc. ¿no se habrán convertido Las Tablas en el filtro y basurero de todos los pueblos del entorno? (como no se piden responsabilidades, ni hay dimisiones...). Como consecuencia de toda la
contaminación, ¿no habrá desaparecido del Parque Nacional especies como el
Tritón Ibérico (Triturus boscai), el Tritón Jaspeado (Tritorus marmoratus), el
Tritón Pigmeo (Triturus pygmaeus) y la Salamandra (Salamandra salamandra)?
Otra de las
causas de su posible desaparición podrían ser los peces foráneos que han
hecho de su casa Las Tablas, como el perca sol, el lucio y el pez gato que
recientemente ha entrado por el río Azuer. Estos depredan a los anfibios con
más habilidad que los autóctonos. Los anfibios se encuentran en mitad de la
cadena trófica, si desaparecen se nota en la pérdida de biodiversidad, porque
es evidente que las aves apenas han criado y apenas se ven en todo el Parque.
Un gran
descalabro para la biodiversidad fue la introducción del cangrejo americano,
que como todos sabemos coloniza todas las superficies de agua, es omnívoro
insaciable que se come huevos, las larvas y hasta los ejemplares adultos de los
anfibios.
Digo que los
anfibios son alérgicos a la maquinaria, en este punto no hace falta imaginar
mucho: en un rincón de las Tablas un grupo tritones ibéricos y una retro excavadora de las muchas que han actuado, excava y
modifica la charca donde viven y aplasta a la mitad de los individuos.
¡A ver si vamos a cuidar mucho la imagen y poco la biodiversidad! porque
al final las personas, aunque no sean expertas
se dan cuenta.
Los fitosanitarios utilizados por la
agricultura y jardinería a la larga o a
la corta llegan a las zonas del hábitat
de los anfibios, esto les hace morir porque
son muy sensibles a los cambios químicos, los insecticidas eliminan su
alimento, la mayoría de las veces la
dieta es de insectos.
Otro problema
inminente ha sido durante años el descenso del nivel freático en los acuíferos,
que por ciclo lluvioso se está recuperando, esperamos que otra vez aparezcan
las fuentes en los mismos lugares y no se encuentren bajo asfalto y hormigón.
Como resultado de años anteriores de descenso freático, las consecuencias
fueron desaparición de los manantiales, la fragmentación y deterioro de su hábitat. El aislamiento
genético se produce al no haber comunicación
entre una población y otra, por encontrarse muy alejadas entre sí, es
evidente la fragmentación de especies como sucede en el tritón jaspeado y la
subespecie más pequeña tritón pigmeo.
Ante la degeneración que sufren, van perdiendo capacidad de defensa
frente a las enfermedades y sus depredadores.
Quizás uno de
los mayores problemas para los anfibios adultos son las carreteras, un
porcentaje muy alto mueren aplastados por las ruedas. No se comprende cómo se
catalogan las especies en vías de extinción por parte de la administración y no
se toman medidas para que estos no sean atropellados por los vehículos ¡con lo sencillo que sería evitar los
atropellos! con tuberías para cruzar y
pequeñas vallas anti trepa.
Como un gran refugio
han servido el macizo Escínico de las montañas metacuarcitas que tiene Malagón,
Fuente el Fresno y Villarrubia en su término. Dan cobijo una gran variedad de
anfibios, pequeños, pero no por ello menos importantes, son tesoros de la
naturaleza guardados con recelo, la mayoría de ellos son nocturnos y por tanto
bastante desconocidos, por esta razón han podido llegar hasta nuestros días, y
son poco valorados. Aquí está la cuestión, si divulgamos los sitios donde se
encuentran esos tesoros, podríamos estar pronosticando su desaparición, y si no
los estudiamos junto con su hábitat, su desaparición quedaría en manos del azar
y con mucho más peligro que en toda la existencia de la vida en la Tierra,
porque hoy día el ser humano llegamos y alteramos con mucha más facilidad todos
los lugares, por muy inhóspitos y protegidos que se encuentren.
Es fácil saber
qué anfibios hay en la zona y su número, una noche de lluvia coges un vehículo,
cámara fotográfica, linterna y libreta en mano, te das una vuelta y verás casi
todos los Anuros y algunos Urodelos que
salen de sus trincheras para alimentase o reproducirse.
El estudio de la
biología y hábitat de los anfibios de nuestra región es un valor añadido y
esencial para su recuperación en las
zonas que ya se han extinguido, es un verdadera pena que nuestros hijos
conozcan a estos simpáticos animalillos solo por fotografías, al hecho me
remito, preguntamos a cuarenta y cinco chavales ¿Qué es un Gallipato? Y tan solo uno dio la respuesta correcta. Es
el momento de hablar del legado natural recibido, los recuerdos de personas de
la tercera edad, como cuando nos dicen: “cuando yo era joven íbamos a las fuentes a beber agua y en el fondo de ellas había salamandras”, se
decía que en las fuentes donde se encontraban, el agua era buena.
Echamos de menos
que el ayuntamiento de Daimiel ponga en práctica en todo el término, un estudio
de los anfibios que quedan y un proyecto
para su recuperación, una de las
razones, es porque fue la primera forma de vida que colonizó la tierra firme y
por tanto alguna vez los humanos fuimos anfibios.
Fdo. : Manuel Fernández Infantes Sánchez Bermejo